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jueves, 10 de diciembre de 2009

Ningun derecho asiste matar un persona

NINGÚN DERECHO ASISTE MATAR A UNA PERSONA
La Plata, JUL 1 (AICA): El arzobispo de La Plata, monseñor Héctor Aguer, aseguró que “ningún derecho asiste a dar muerte a una persona para salvar la vida a otra; ni la extrema necesidad puede reclamarse contra la vida de un inocente”, y consideró que los jueces de la Corte Suprema bonaerense que autorizaron la interrupción del embarazo a una mujer con problemas de salud incurrieron en “una grave responsabilidad ética y jurídica. Que Dios y la Patria se lo demanden”. También criticó a los abortistas que “explotan la indicación terapéutica suscitando sentimientos de conmiseración y predisponiendo así a la opinión pública para aceptar otras causales que justifiquen la eliminación de la vida naciente”.
El texto del prelado platense, titulado “Permiso para matar” es el siguiente:
“El fallo de la Corte Provincial se basa en una concesión defectuosa del Código Penal, que aparece en la actualidad contrariando a la Constitución Nacional y a la de la Provincia de Buenos Aires, las que tutelan el derecho a la vida de todo ser humano desde la concepción.
“Un siglo atrás solía plantearse una alternativa para justificar el recurso al aborto terapéutico: o la vida del niño o la de la madre. Los progresos científicos y técnicos de la medicina hacen que difícilmente nos encontremos hoy ante opciones de esa naturaleza. Además, los estudios genéticos y jurídicos avalan el estatuto propio del embrión y su derecho inviolable a ver la luz del sol. Con mayor razón en el caso de un niño por nacer que lleva 20 semanas en el seno de su madre. La compasión por la madre cuya salud y tal vez la vida corren peligro no justifica de ninguna manera el asesinato de un ser humano inocente. Ningún derecho asiste a dar muerte a una persona para salvar la vida a otra; ni la extrema necesidad puede reclamarse contra la vida de un inocente.
“En ningún caso la Iglesia ha enseñando jamás que la vida del niño deba ser preferida a la vida de la madre, pero tampoco es posible privilegiar la vida de la madre como si el niño por nacer fuera menos valioso. Se introduce aquí un principio de discriminación que fue el empleado por los criminales nazis para eliminar a tantos minusválidos. La exigencia es una sola: hacer todos los esfuerzos posibles para salvar la vida de ambos, la de la madre y la del hijo. Hoy esto es posible para la medicina, pero los abortistas explotan la indicación terapéutica suscitando sentimientos de conmiseración y predisponiendo así a la opinión pública para aceptar otras causales que justifiquen la eliminación de la vida naciente.
“Los jueces de la Corte que han votado a favor de la indicación terapéutica han incurrido en una grave responsabilidad ética y jurídica. Que Dios y la Patria se lo demanden”.+

AVISO: Toda la información puede ser reproducida parcial o totalmente, citando la fuente
(AICA - Agencia Informativa Católica Argentina).

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